miércoles, 28 de mayo de 2014

La magia de los Inciensos (Parte I)

Utilizados para aromatizar y crear “buenas vibras”, estas delicadas varitas han sido elementos protagonistas de diversas religiones y culturas desde la Edad Antigua, y pueden ser de gran ayuda en la meditación y el contacto con el místico. 

Favorece ampliamente el crecimiento personal, el don de mando, la capacidad de triunfo y el esfuerzo por llegar a la cima en todos los planos, desde el material al espiritual, ya que dentro de la esencia de este incienso se encuentra la aspiración a Dios, la aspiración a la divinidad. Depura el egoísmo, la falta de generosidad, el endiosamiento, la necedad, la falta de amplitud de miras, el abuso o exceso de autoridad, la ambición desmedida, la falta de energía y el exceso de oportunismo. El incienso natural es un gran equilibrador de pasiones y ambiciones humanas, por eso no es nada extraño su uso dentro de un amplio espectro de religiones. El incienso natural es el depurador por excelencia.


La palabra incienso procede del latín incensum, ‘encender’, y es una preparación de resinas aromáticas vegetales, a las que se le añaden normalmente aceites esenciales de origen ya sea animal o vegetal las cuales al arder desprenden un humo aromático que se utiliza para distintas finalidades. Sus perfumes son muy variados, los hay dulces, picantes, almizclados, cítricos, frescos, calmantes, estimulantes, refrescantes, etcétera.

Magia y Poder

Desde tiempos inmemorables, los olores han despertado la curiosidad y profundo interés de los hombres, el sentido del olfato es extremadamente sensible a la variedad de aromas que flotan en el ambiente, desde el olor de nuestra piel hasta el olor de los objetos cercanos a nosotros, el olor de la lluvia y las flores, los intensos aromas del bosque y el mar, todos ellos nos conectan, de forma ya sea consciente o inconsciente, con todo tipo de estados emocionales. Y esta es precisamente una de las cualidades más grandiosas del incienso, la de conectarnos por medio de sus perfumes “de humo” a un sinfín de sensaciones que se pueden aprovechar ya sea en el nivel creativo, terapéutico, estético, sexual, erótico, etcétera.

Fue usado desde la antigüedad en ceremonias religiosas y se creía poseía poderes mágicos que atraían o repelían determinadas energías o espíritus al ambiente. En realidad, los efectos que pudiera provocar el incienso se debían a los estímulos que cada aroma en especial tiene. Por ejemplo, el aroma del cedro era refrescante, así como el del eucalipto o los aromas cítricos, que además de refrescar desinfectan naturalmente una habitación donde hay, por ejemplo, algún enfermo. 


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